La Épica del Paisaje
Exposición
DEL 10 OCTUBRE AL 29 NOVIEMBRE.
Alejandro Quincoces (Bilbao)
Guillermo Simón (Villaviciosa)
Artista Invitado: Pepe Carazo (Burgos)
La exposición” La épica del paisaje” en Balta Gallery de Santander reúne las obras de Alejandro Quincoces y Guillermo Simón en un diálogo pictórico que invita a reconsiderar la fuerza y vigencia del género paisajístico en la pintura contemporánea. Ambos artistas coinciden en la concepción del paisaje como un espacio de resonancia emocional y simbólica, donde la experiencia de pintar se sitúa más allá de la descripción naturalista para convertirse en un acontecimiento plástico y poético.
Simón y Quincoces comparten una aproximación en la que la materia pictórica se erige como protagonista. El cromatismo, aplicado de manera vibrante y con una fuerte carga gestual, ofrece una lectura del paisaje que oscila entre lo real y lo evocativo. En sus manos, la pincelada se transforma en un gesto narrativo que transmite no solo la apariencia de un lugar, sino su energía latente. Esta concepción los vincula en una plástica común marcada por la intensidad, la densidad atmosférica y una mirada que sitúa la pintura como experiencia vital.
Tanto Alejandro Quincoces (Bilbao,1951) como Guillermo Simón (Villaviciosa de Asturias, 1968) se formaron en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, y aunque pertenecen a generaciones distintas, fueron compañeros de curso y los une una amistad sostenida a lo largo de los años, un vínculo que ha propiciado afinidades, encuentros y resonancias que hoy se materializan en esta muestra.
Mientras Quincoces privilegia la sobriedad en la representación del paisaje, Simón opta por una interpretación más libre y experimental, donde la atmósfera y la emoción son protagonistas. Esta diferencia genera un diálogo pictórico interesante en su exposición conjunta, mostrando dos maneras de abordar la épica del paisaje: desde la contemplación hasta la pulsión espontánea y expresionista.
Esta doble mirada enriquece la exposición conjunta "La épica del paisaje", que despliega dos visiones poderosas y diferentes de lo que significa representar el paisaje.
En las obras de Guillermo Simón destacan técnicas como el óleo aplicado con una gran variedad de recursos formales que incluyen vertidos, barridos y veladuras, logrando una pintura viva y llena de energía. Su obra se caracteriza por un virtuosismo técnico que emplea desde la técnica académica rigurosa hasta la experimentación libre, con formatos variados que van desde piezas íntimas a grandes lienzos expansivos y expresivos, donde la pincelada gestual revela la interacción física del artista con la materia pictórica. La técnica de Alejandro Quincoces destaca por su trabajo con óleo sobre madera o lienzo, donde aplica capas superpuestas, veladuras y efectos de materia que difuminan los contornos y acentúan el carácter brumoso e introspectivo de sus paisajes. Su pintura se sitúa en el equilibrio entre el realismo y la abstracción, priorizando la atmósfera y la sugerencia más que el detalle, y creando imágenes que evocan la modernidad en transformación y el paso del tiempo.
En el apartado de marinas de esta exposición ,las de Alejandro Quincoces reflejan una visión melancólica y reflexiva del mar, no solo como paisaje natural, sino como un espacio cargado de significado y memoria. Los colores suelen ser contenidos, con dominancia de grises y tonos apagados, que potencian ese sentimiento de nostalgia y de presencia profunda, construida desde una base técnica clásica pero con un manejo contemporáneo y personal del material pictórico. En contraste, las marinas de Guillermo Simón se caracterizan por una ejecución más gestual y expresiva, con influencias notables de movimientos como el expresionismo abstracto. Sus obras tienen un carácter dinámico y vibrante, con una paleta abierta y luminosa, buscando transmitir la fuerza y el lirismo del mar en constante transformación.
La exposición muestra los últimos trabajos de los dos artistas desde el día 10 de octubre y se podrá visitar hasta el 29 de Noviembre.
Se produce una incorporación de última hora a la exposición, Pepe Carazo, Burgos, 1955, que nos propone dos piezas escultóricas que conectan con la idea principal: épica del paisaje.
Si Simón y Quincoces ofrecen paisajes épicos, en base fundamentalmente a la temática marina, Carazo nos propone dos piezas de sus últimas obras de animales marinos, tiburones, bestias expresivas en acción y distorsión.
En la retórica clásica de cierta filosofía, las cosas devienen pero no son, aplicación a la estética de representación en el pasado.
Carazo nos da una sensación de realidad en la que sólo se describe una posible acción del animal representado, pero sobre todo , su propia acción como artista en los procedimientos de uso de materiales, inherente a toda escultura expresionista.
Complejidad e inventiva en la forma, juegos de opuestos en el tratamiento, asperezas o suavidades al tacto, sugeridas al ojo, elipsis y síntesis de representación y una cierta contenida violencia entre lo arcaico-primitivo con vigor y crudeza expresiva.
Si para Donaire, Barlach o Brecker, con más sugerencias de realismo, el elemento humano como motivo, es algo a contar en la continencia espiritual, para Carazo, la pura animalidad de sus monstruos marinos, se expresa en un ritual de acciones de todo tipo que nos inyecta el espíritu primitivo de la condición humana.
La épica del paisaje, en manos de estos artistas, no se limita a la contemplación pasiva de montañas, cielos o ciudades. Se manifiesta como un viaje de ida y vuelta entre el mundo exterior y el interior, entre lo real y lo soñado. En sus obras, la naturaleza y la urbe se erigen como personajes, testigos de nuestra fragilidad y a la vez de nuestra capacidad de sentir grandeza.
En tiempos donde la inmediatez parece apagar el asombro, Simón y Quincoces reivindican la mirada lenta, la contemplación como acto estético y casi espiritual. Sus cuadros nos devuelven la dimensión épica de lo cotidiano, recordándonos que el arte siempre puede abrir una puerta hacia lo infinito.
Un diálogo luminoso, donde la pintura se convierte en territorio de encuentro y revelación con lenguajes personales pero convergentes que transitan la inmensidad del mundo visible para ofrecernos algo más que una representación: una experiencia de lo sublime.
Balta Gallery
Lope de Vega. 29 - Santander.
Dirección: Calle de Lope de Vega, 29, 39003 Santander