La casa-torre, de estilo gótico, cuenta entre sus elementos más característicos con un patio, extraño en este tipo de edificaciones, erigido en el siglo XVI.
La Torre de Don Borja fue declarada en 1943, al igual que el conjunto de la villa, Bien de Interés Cultural.
A finales de los años setenta el edificio, en estado de ruina, fue comprado por Jesús Polanco y Pancho Pérez González, socios y amigos, para ubicar en él la sede de la Fundación Santillana. A sus figuras se rinde homenaje y a las que fueron tres de sus grandes pasiones: la edición de libros, los periódicos y el arte contemporáneo.
La rehabilitación, a cargo del arquitecto Luis Castillo, mereció el prestigioso premio Europa Nostra. En 2019 el edificio, de nuevo bajo la dirección de Luis Castillo, ha vuelto a ser rehabilitado.
La Torre de Don Borja conserva los antiguos salones que ocupó la Infanta Paz de Borbón (donde se encuentra la biblioteca histórica que ella y sus herederos conformaron) y cuenta con diversos espacios dedicados a las editoriales y los medios de comunicación que impulsaron Jesús Polanco y Pancho Pérez González.
El Edificio.
La Torre de Don Borja cuenta en la actualidad, con tres grandes salas se exposiciones, cinco espacios dedicados al libro, dos salas centradas en la radio y el periódico, antiguos salones que reproducen el ambiente en el que vivía la realeza a comienzos del siglo XX, un espacio dedicado a los orígenes del proyecto a comienzos de los años ochenta...
Se podría decir que la que fue sede de la Fundación Santillana ha acabado llegando a ser lo que sus impulsores siempre esperaron: un lugar invadido por el arte, los libros y los medios de comunicación.
Dada la singularidad del proyecto, solo se podrá acceder al edificio mediante visita guiada.
Dadas las características históricas del edificio y su singularidad arquitectónica, no está permitida por motivos de seguridad la entrada a menores de 12 años. El edificio, por el mismo motivo, no está adaptado a personas con dificultades de movilidad.
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