Las excavaciones dieron como resultado un antiguo asentamiento romano entre los siglos I al III después de Cristo. Tras su abandono, el lugar volvió a utilizarse, esta vez como necrópolis en dos momentos diferentes. En época visigoda, a finales del siglo VI e inicios del VII, se evidencian numerosas tumbas en fosa, cubiertas por una losa y con forma ovoide o antropomorfa. A época medieval, a partir del siglo VIII, se atribuyen los sarcófagos y tumbas de lajas, situadas alrededor de los cimientos de una ermita del mismo siglo, con una sola nave y un ábside de planta cuadrangular. Algunas tumbas de lajas muestran en su cabecera una estela en forma de cipo. En el interior de la ermita se encuentran varios sarcófagos haciendo referencia a la distinción social de quienes lo ocupan.
Entre las diferentes estructuras excavadas de época romana destaca una casa del siglo I d.C., dotada de una instalación termal. La presencia de un tramo de calzada, cercano a esta construcción, hizo que en un principio la casa fuese interpretada como mansio (posada). Es decir, como un establecimiento hostelero que servía como área de reposo y casa de postas. En cambio, la inexistencia de grandes caballerizas, cocinas, mostradores y un acceso directo a las termas desde el exterior, hacen que la villa se haya interpretado como una lujosa casa de campo, o bien como una residencia cercana a las inmediaciones de un núcleo urbano.
En la actualidad y desde el 2002, el yacimiento se está excavado, localizándose los cimientos de nuevas construcciones que refuerzan la teoría del lugar como asentamiento romano. El hallazgo de varios términos augustales con la palabra Juliobriga en el mismo valle de Valdeolea, ha causado el debate sobre la ubicación de Juliobriga.
La visita al yacimiento es guiada que dispone de un centro de interpretación donde se explica la ocupación cántabra del valle y su implicación en las Guerras cántabras, poniéndose como ejemplo el asentamiento fortificado de Santa Marina, a escasa distancia del arqueo-sitio.
Durante la visita y con ayuda del guía se conoce la distribución y posible uso de las estancias de la villa romana, sus termas y sus pinturas murales, así como la necrópolis visigoda del siglo VI al VII y medieval de los siglos VIII al XII. Ambas asentadas sobre la villa.
Su visita puede compaginarse con la Casa-Domus Juliobriga en Retortillo y el Centro de Interpretación del Románico en Villacantid.
Por razones de seguridad a causa del COVID-19:
Del 16 de octubre al 29 de febrero
– Lunes Cerrado.
– Martes a viernes y domingos de 9:30 a 15:30 h.
Sesiones: 9:40, 10:40, 11:40, 12:40, 13:40 y 14:40 h.
– Sábados y 8 de diciembre de 9:30 a 14:30 y de 15:30 a 17:30 h.
Sesiones: 9:40, 10:40, 11:40, 12:40, 13:40, 15:40 y 16:40 h.
Del 1 de marzo al 15 de junio y del 15 de septiembre al 15 de octubre
– Lunes Cerrado.
– Martes a sábado de 9:30 a 15:00 y de 16:00 a 18:30 h.
Sesiones: 9:50, 10:50, 11:50, 12:50, 13:50, 16:20 y 17:20 h.
– Domingo de 9:30 a 15:00 h.
Sesiones: 9:50, 10:50, 11:50, 12:50 y 13:50 h.
Del 16 de junio al 14 de septiembre
– Lunes Cerrado.
– Martes a sábado de 10:00 a 14:30 y de 15:30 a 19:00 h.
Sesiones: 10:20, 11:20, 12:20, 13:20, 15:50, 16:50 y 17:50 h.
– Domingo de 10:00 a 15:30 h.
Sesiones: 10:20, 11:20, 12:20, 13:20 y 14:20 h.
La taquilla permanecerá abierta de 10:00 a 14:30 y de 15:30 a 19:00 h.
Al visitar el yacimiento cántabro/romano de Camesa-Rebolledo (Mataporquera) podrá disfrutar de una reducción en el coste de la entrada ese mismo día en la Domus de Juliobriga (Retortillo), siendo el importe de 1 euro por persona, a partir de los 4 años. De 0 a 3 años la entrada es gratuita en ambos centros.
La visita combinada debe realizarse en el mismo día. La reserva puede realizarse llamando, al menos con un día de antelación, al Teléfono 942 598 425.
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