Toma su nombre de la actividad principal que ejerció durante siglos: la extracción de sal. Fue lugar de paso en la Ruta de los Foramontanos, uno de los caminos de la primera repoblación de la Castilla altomedieval.
Protagonista de importantes ferias ganaderas, desarrolla también una importante actividad industrial en sectores como el textil y el mueble.
Cabezón de la Sal cuenta con un riquísimo patrimonio histórico-artístico. Posee multitud de edificios dignos de mención, que invitan a un recorrido minucioso. Entre los más importantes figura la casa-palacio de Carrejo (hoy convertida en Museo de la Naturaleza de Cantabria), el palacio-torre de los Monasterios, en Casar, y el palacio de Bodega (siglo XVIII), en Cabezón. Por lo que se refiere a la arquitectura religiosa, tiene sus máximos exponentes en las iglesias de San Lorenzo (Casar de Periedo), Santa Eulalia (Bustablado), San Bartolomé (Ontoria) y San Pedro (Santibáñez).
La riqueza del patrimonio histórico de Cabezón de la Sal queda patente también en el yacimiento prehistórico de Cabrojo.
Sin lugar a dudas la fiesta más destacada, que congrega cada año en la villa a miles de visitantes de toda la región, es el «Día de Cantabria«, a primeros de agosto, dedicado a la exaltación de las costumbres autóctonas y las manifestaciones folclóricas. En Bustablado se celebra, el 16 de agosto, la fiesta de «Los Pobres», y en Carrejo, el 31 de agosto, la de «La Patata».
Sus atractivos principales, el contacto con la naturaleza en el parque natural del Saja y en Virgen de la Peña.
Carrejo nos recibe con la impresionante portalada de los Haces. Si la bordeamos, encontramos detrás la plaza de La Braña por la que podremos acceder al Museo Regional de la Naturaleza de Cantabria, emplazado en el restaurado palacio de Pedro de Ygareda, del siglo XVIII.
El Museo de la Naturaleza de Cantabria es de planta rectangular, el palacio fue construido en piedra de sillería al estilo montañés. Consta de dos pisos enmarcados entre contrafuertes y en uno de sus hastiares se observa el escudo de armas de los Cos y Cayón. A la calle se abren seis arcos de medio punto que sostienen una extensa balconada. Anexa a la casona se hallaba una pequeña capilla, hoy convertida en sala de conferencias.
La exposición está estructurada en cuatro ambientes bien diferenciados: la franja costera, los ríos, el bosque y la alta montaña. En cada uno de ellos se reproducen los aspectos más significativos de su flora y fauna, a través de maquetas de relieves, montajes de los distintos hábitats, especies botánicas, etc.
Además del carácter didáctico del museo, llama enormemente la atención una interesante muestra de animales disecados (rebeco, urogallo, águila&hellip).
SECCIONES