Incluido en la Reserva del Saja, se integra en el espacio físico que le marcan el valle y el río y posee una inmensa riqueza forestal y paisajística.
Desempeñó un papel importante en la repoblación de Castilla, cuando respondía al nombre de «Kaórnica».
En este municipio nacieron ilustres cántabros, como el poeta Manuel Llano y el naturalista Augusto González de Linares.
Desde el punto de vista artístico, por todo el valle se encuentran diseminados interesantes conjuntos de arquitectura popular y culta, aunque probablemente sea la arquitectura rural de Carmona y su parador (palacio de los Rubín de Celis), regentado por la Diputación Regional, su principal exponente. Otros conjuntos monumentales a destacar se encuentran en Renedo, Sopeña y Terán.
Cabuérniga se caracteriza por conservar las más ancestrales costumbres. Desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días, el ganado tudanco continúa bajando año tras año cada otoño de los puertos a los invernales, dando lugar a la «pasá». Con este nombre se conoce al desfile de los rebaños, que constituye en este municipio una fiesta por todo lo alto.
Otra tradición que se mantiene viva en este municipio es la artesanía de la madera y, en particular, la fabricación de albarcas en Carmona.
La gastronomía de la zona conquista rápidamente al visitante con platos tan suculentos como el cocido montañés, la caza y las truchas de río.
Para disfrutar plenamente de los atributos propios del valle de Cabuérniga conviene no perderse la imponente panorámica desde la collada de Carmona, los cotos de pesca en el río Saja, los parajes de la Reserva Nacional del Saja y el deporte de los bolos.
Carmona es uno de los núcleos rurales mejor conservados de Cantabria junto a Bárcena Mayor y Tudanca. Sus caseríos son de piedra, con tejados a dos aguas de teja roja, solanas de madera adornadas con flores y fachadas en su mayoría blasonadas. Las callejuelas de Carmona permanecen aún armoniosamente empedradas. El edificio más representativo de esta bella localidad del interior de Cantabria es el palacio de los Rubín de Celis, hoy parador, regentado por el gobierno regional.
Los abarqueros de Carmona se han ganado a pulso gracias a su defensa de la tradición merecida fama en la fabricación artesanal de la albarcas, un calzado de madera típico en las aldeas rurales.
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