Situado en el suroeste de la bahía de Santander, Camargo absorbe gran parte de la industrialización desarrollada en torno a ésta.
Es un municipio de pasado milenario, como prueban las excavaciones realizadas por Marcelino Sanz de Sautuola en 1878, en las que se encontraron osamentas de distintos animales y pinturas rojas, además del cetro o bastón de mando tallado en hueso, localizado en las cuevas de El Pendo y denominado «el rey de los cetros paleolíticos». Ya en tiempos más recientes, el Real Valle de Camargo fue la tierra natal de hombres ilustres como Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial y fundador del estilo herreriano, y Pedro Velarde, héroe del 2 de mayo.
Además del referido del Pendo, existen en el municipio otros yacimientos prehistóricos, como la cueva del Juyo restos románicos (en el cementario de Maliaño) y valosos exponentes de arquitectura religiosa y civil, como el Museo Etnográfico de Cantabria-Casa Velarde y el Palacio del Marqués de Villapuente, donde tiene su sede en la actualidad Ayuntamiento de Camargo.
Desde el punto de vista natural, Camargo cuenta con unas marismas cercanas a Parayas donde se concentran gran número de aves migratorias.
Es sede del aeropuerto de Santander y del puerto deportivo Marina del Cantábrico.
Muriedas es la capital del municipio de Camargo, un territorio esencialmente urbano. Su ubicación en la periferia de Santander ha acentuado en los últimos años su crecimiento demográfico.
Conserva dos magníficas edificaciones en un barrio residencial en el que impera la tranquilidad: el Palacio del Marqués de Villapuente con su gran torre, convertido hoy en sede del Ayuntamiento, y la casa natal de Pedro Velarde, héroe del Dos de Mayo de 1808, que alberga el Museo Etnográfico de Cantabria desde 1966.
Construido en el siglo XVII, el palacio-museo cuenta con una magnífica portalada con el escudo de armas de la familia Velarde y exhibe en su finca un hórreo, edificación prácticamente extinguida en Cantabria, que servía de almacén para las cosechas. En su interior, guarda una interesante y representativa muestra de la vida y costumbres tradicionales de la región.
No lejos de aquí se encuentra el conocido «pozón de la Dolores«, un lago artificial que se ha convertido en área de refugio para las aves y zona de recreo que invita especialmente a la observación ornitológica.
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