Su superficie está comprendida entre la ría de Mogro y la de Suances (San Martín de la Arena), formadas a su desembocadura por los ríos Pas, la primera, y Saja-Besaya, la segunda. Este municipio destaca por sus numerosas playas: Marzán (300 metros), Los Caballos en Cuchía (300 metros), Usgo (300 metros) y Robayera, en Miengo, además de la playa de Mogro (1.500 metros).
El litoral de Miengo está sembrado por pequeños islotes. Entre ellos, la isla de los Conejos constituye un enclave ornitológico inigualable. También son numerosas las zonas de marismas en Cudón, Cuchía y Miengo.
El municipio conserva vestigios prehistóricos en las cuevas de La Pila, en Cuchía, y Cudón. Especialmente destacada esta última, que pertenece al Paleolítico Superior y alberga grabados y pinturas rupestres. En esta zona se alzan además diversas casas montañesas, entre las que sobresale el palacio de los Herrera, una casona barroca que se construyó entre los siglos XVII y XVIII.
Como exponentes de arquitectura religiosa, podemos citar las iglesias parroquiales de Mogro, Miengo, Bárcena de Cudón y Cuchía.
Miengo celebra numerosas romerías y verbenas durante la época estival. La patrona del municipio es la Virgen del Monte, a la que se conmemora el 24 de agosto en Mogro.
Mogro es sin duda una de las localidades más concurridas, desde el punto de vista turístico, del municipio de Miengo. Lo más destacable de su entorno es el estuario que configura el río Pas entre la Punta del Águila y la playa de Valdearenas, en el vecino municipio de Piélagos. El río moldea en este punto el Abra del Pas, hoy convertido en un cuidado campo de golf, donde además de practicar deporte se disfruta de un espectacular paisaje.
Merecida fama se han ganado las angulas, que a la bajamar se pescan (de noche y con luces) en la desembocadura del Pas y cuya degustación ofrecen algunos restaurantes de la zona, quienes en la época apropiada (invierno) ofrecen este apreciado y costoso plato de la gastronomía de Cantabria.
La playa de Mogro se sitúa de espaldas del mar Cantábrico, salvaguardada por las dunas de Liencres en sus inmediaciones se han edificado diversas urbanizaciones que se han ido convirtiendo en primera vivienda para muchos habitantes de Santander y de Torrelavega, por su cercanía a ambos núcleos.
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