Rodeada de altas y bellas montañas y alejada del mar, es la puerta de Castilla en Cantabria y por ella transitan desde hace muchos siglos los comerciantes y viajeros procedentes de la meseta.
Estamos en el mayor núcleo urbano de un área extensa, aunque no muy poblada, que se denomina Campoo. Su historia se remonta a la época medieval, cuando fue centro de la Merindad y Corregimiento de Campoo.
Con el correr de los siglos y dada su estratégica situación de paso entre la Meseta y la costa, la primitiva ciudadela fue creciendo y comenzaron a erigirse, a ambos lados del puente sobre el río Ebro, casonas de gran nobleza (La Casona, Casona de los Cossío, …).
Desde el punto de vista artístico, Reinosa está dotada con uno de los mejores ejemplos del barroco en Cantabria, la iglesia de San Sebastián. Ubicada en el centro viejo de la ciudad, data del siglo XVIII aunque presenta restos de los dos siglos anteriores. En la plaza del Ayuntamiento se erige además un conjunto de características edificaciones de sillería, construidas en los siglos XVI y XVII. Es también muy popular la zona de los soportales, donde se puede degustar el dulce típico de la ciudad, conocido como "pantortilla".
La cocina campurriana se caracteriza por una curiosa mezcla entre los recios preparados castellanos y la larga tradición culinaria norteña. Los platos de corzo, jabalí y venado la trucha, recién pescada y acompañada por torreznos, o el cocido montañés, a base de alubias blancas, adquieren aquí toda su exquisitez. La llegada del postre ofrece la posibilidad de admirar un poco más la zona, cuando se degustan obras de repostería propias, como son las pantortillas, las rosquillas, la leche frita y el arroz con leche.
Pero Reinosa y Campoo enseñan al foráneo mucho más que las bellezas que los hombres y la naturaleza les legaron. Quien lo desee, puede entrar en las costumbres y tradiciones que generación tras generación han dejado sus gentes, empujadas por una vida localista y aislada por el terreno y las condiciones meteorológicas. Las fiestas relacionadas con el pastoreo de ganado, el uso de instrumentos musicales propios, el empleo de voces recias solas o en coros… encuentran su máxima expresión en las fiestas de San Mateo (21 de septiembre) y especialmente en el Día de Campoo, declarado fiesta de interés turístico nacional.
El visitante puede disfrutar en Campoo no sólo arte, paisaje, folklore y costumbres. La pesca en cauces bravíos y caudalosos la caza mayor y menor por bellos parajes especialmente dotados para la actividad cinegética los deportes de invierno en la estación de esquí de Brañavieja Alto Campoo, o la práctica de deportes náuticos en las vastas extensiones del pantano del Ebro son sólo unas pocas de las muchas apuestas para el ocio que Reinosa nos propone. Especialmente recomendable es la ascensión hasta el Pico Tres Mares, un escenario imprescindible para quienes deseen observar y admirar, desde sus más de 2.000 metros de altitud, buena parte de la Cantabria sur.
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