Los orígenes de la actual Santillana del Mar se remontan al s. VIII, época en la que un grupo de monjes que llevaban consigo las reliquias de una mártir llamada Juliana, se asentaron en una zona deshabitada cerca de la aldea de Planes, situada a los pies del monte Vispieres.
Esos monjes construyeron una pequeña y sencilla ermita en la que expusieron las reliquias que habían transportado. En ese momento comienza un proceso de apropiación de tierras, donaciones de los fieles y privilegios concedidos por el reino asturleonés para el fomento de larepoblación de la zona. Todo esto contribuyó al establecimiento de un cenobio, regido por un abad y entorno al monasterio se fueron construyendo edificios que servían de cobijo para los agricultores, dando lugar a una villa que tomó el nombre del centro religioso: “Sancta Luliana“, la actual Santillana.
Perteneciendo al reino Asturleonés, va adquiriendo una progresiva importancia jurídica y administrativa, dando origen a que a partir del año 1.100 aparezca en los documentos de la época como “Concejo de Santillana de Camesa”, que sería el origen de las Asturias de Santillana. La abadía experimenta una importante expansión económica gracias a una serie de privilegios reales y a la abundancia de donaciones, que contribuye a la ampliación del dominio señorial. Por esta época ya es recogida Santillana como lugar de parada de los peregrinos que se dirigen a Santiago. Este proceso de expansión económica y cultural, culmina en el año 1.209 cuando Alfonso VIII concede a Santillana el Fuero.
A partir de este momento comienza un paulatino declive de la Abadía en detrimento del dominio señorial que culmina con la cesión de la villa al primer Marqués de Santillana y que dio origen al Pleito de los Nueve Valles, tras el cual Santillana pasará a pertenecer al Duque del Infantado de Potes, hasta la creación del ayuntamiento constitucional en 1833.
Hoy Santillana del Mar es un centro de referencia en el litoral cantábrico, por su importante actividad turística, que se asienta en su riqueza patrimonial y paisajística, y en la amplitud de sus manifestaciones culturales.
Localidad situada a 2 km al noroeste de Santillana del Mar.
Arroyo conserva un conjunto de casas construidas bajo el modelo tradicional montañés, que datan de los siglos XVII y XVIII. La construcción más destacada de Arroyo es la capilla de Nuestra Señora del siglo XVII, a la que se honra en los festejos que se desarrollan cada 8 de septiembre (Fiesta de la Santuca).
Recientemente se ha rehabilitado la fuente, lavadero-abrevadero, constituyendo un espacio utilizado para el descanso de vecinos y visitantes en su camino por las rutas que llevan hacia los acantilados de nuestra costa o que siguen el Camino de Santiago.
Camplengo se encuentra situada a sólo 1 km de Santillana en dirección noreste y es el pueblo con mayor crecimiento de población por su proximidad a Santillana.
El Camino de Santiago transcurre por este pueblo que conduce directamente a Santillana.
Cabe destacar entre los edificios de la localidad, la ermita dedicada a los santos Cipriano y Cornelio, del siglo XVII, si bien todo parece indicar que este edificio es una reforma de uno anterior de estilo prerrománico.
El Camino de Santiago transcurre por éste núcleo en dirección a Santillana y Arroyo.
Situada a 1 km al sur de Santillana se encuentra la localidad de Herrán. Alberga la bonita ermita de San Sebastián, en cuyas proximidades se han rehabilitado recientemente un lavadero y un pequeño puente romano, formando un entorno muy agradable para el paseo. Ermita de San Sebastián ampliar
La ermita de San Sebastián es de estilo gótico y data del siglo XIV, aunque los restos hallados en una restauración reciente, indican que está construida sobre una ermita primitiva en la que se ha encontrado una inscripción romana labrada que representa una lauda sepulcral del siglo III d.c. La imagen de San Sebastián, patrono del barrio, es una talla de madera policromada de tradición gótica.
En esta localidad es donde se sitúan el Zoo, la cueva de Altamira y el Museo nacional y centro de investigación de Altamira inaugurado en el 2001.
Este núcleo, cuyo nombre podría estar relacionado con los miliarios o mojones utilizados por los romanos para señalizar las calzadas, se encuentra a 3 km al sur de Santillana.
La iglesia parroquial de San Andrés y Santa María es una construcción del siglo XVII, que tiene en la capilla del muro norte un retablo en piedra con el escudo de la familia Peredo, propietarios del palacio que se encuentra en las inmediaciones.
El palacio de la familia Peredo, también llamado de Mijares, es un edificio de mediados del siglo XVI y está declarado como Bien de Interés Cultural desde 1995.
Situado a 3 km al este de Santillana, este pueblo conserva ejemplos arquitectónicos religiosos y civiles de interés.
Dentro de los primeros están la ermita de la Virgen de las Nieves o de la Virgen de las Quintas, construcción del siglo XVIII con un bello retablo de orden salomónico, y la iglesia parroquial de San Andrés construida en 1927 sobre una anterior de época medieval.
La Torre de Beltrán de la Cueva es el edificio más representativo de la arquitectura civil. Se trata de una fortaleza construida en sillería a finales del siglo XV o comienzos del siglo XVI., fue declarada Monumento Nacional Bien de interés cultural en 1981.
En la actualidad, es uno de los núcleos del municipio con más oferta de alojamiento y servicios turísticos.
Santillana, ubicada a 32 km de Santander, es el núcleo impulsor del crecimiento del municipio a lo largo de la historia. El poder que alcanzó su colegiata en la edad media, llegó a convertirla en capital de Las Asturias de Santillana, que abarcaba toda la zona occidental de Cantabria, excepto Liébana. La llegada de nobles indianos en el siglo XVIII, aportó un nuevo caudal de riqueza que impulsaron la construcción de palacios y casonas que consolidaron su trama urbana.
El descubrimiento de Altamira, la declaración de la Colegiata bien de interés cultural y, ya en el siglo XX, la declaración de la villa de Santillana como conjunto histórico artístico, han propiciado el desarrollo de una actividad turística, que hoy ocupa a la mayor parte de la población del municipio y que fomenta una creciente actividad cultural.
Ubiarco ocupa la franja costera del municipio de Santillana del Mar. Transcurre desde el oeste por puerto Calderón, ensenada que ya utilizaban los romanos como punto de embarque de mercancías; la cueva de las Palomas, formada en la base de un esplendido ejemplo de anticlinal, hasta la playa de Santa Justa con su coqueta ermita del siglo XVI, construida al abrigo del acantilado y coronada por el paredón de San Telmo, resto de una antigua torre vigía y de defensa costera.
A 5 km de Santillana, es uno de los pueblos más antiguos del municipio. Conserva una iglesia parroquial del siglo XVII, San Juan Bautista, que se encuentra rodeada de un interesante conjunto de casas de carácter popular y hoy cuenta con una importante oferta de alojamiento y restauración.
Situada a 2 km al sur de Santillana, la actual Vispieres puede tener su origen en el castro cántabro que existió en la cima del cerro o Monte Vispieres, confirmado por el hallazgo de cerámica romana y por las referencias a éste en textos de Plinio en el siglo I. Quedan restos de una antigua fortaleza-castillo construida en torno al siglo XV, desde el que se divisa la región. El núcleo era atravesado por la calzada romana que, desde Julióbriga (Retortillo), llegaba hasta el Portus Blendium (Suances). Su topónimo hace referencia a la víspera de la llegada al destino, a una jornada de camino del puerto del actual Suances.
De sus edificaciones destacan la ermita de San Jorge, del siglo XVII, y las casas de Pérez Bustamante, la de Bustamante y la casona “La Malata”, todas ellas del siglo XVII y con interesantes escudos de armas.
A 4 km de Santillana, es el núcleo que conserva alguno de los edificios más representativos de la arquitectura tradicional cántabra. Entre ellos están la iglesia parroquial, del siglo XVI, con elementos arquitectónicos del románico, la Casa-Torre de los Calderón de la Barca y el Palacio de Peredo.
La Casa-Torre, declarada monumento histórico artístico y bien de interés local, es cuna de sugerentes leyendas como el hospedaje de San Francisco de Asís cuando peregrinó a Compostela. De esta familia descendía Pedro Calderón de la Barca, cuyo apellido deriva del hecho de que eran propietarios de la barca que atravesaba el río Saja-Besaya en Barreda.
El Palacio de Peredo es una soberbia casona montañesa del siglo XVII, en la actualidad utilizada como espacio cultural y expositivo del municipio.
Viveda, ofrece a vecinos y visitantes espacios al aire libre acondicionados para el picnic, parque de La Alianza, un circuito biosaludable e instalaciones deportivas para la práctica de los bolos y el pádel.
El Camino de Santiago entra en Santillana del Mar por ésta población en la rotonda donde se encuentra la escultura de San Francisco de Asís.
Yuso es uno de los pueblos más pequeños y desde él se tienen algunas de las mejores vistas del municipio, alcanzándose a ver Picos de Europa y la costa asturiana. Se encuentra a 2 km de Santillana en dirección noreste.
Su arquitectura de carácter popular tiene uno de sus ejemplos en la sobria ermita de la Virgen de la Consolación, patrona de Yuso.
Cita imprescindible para el turista que visita Cantabria. Santillana del Mar en sin lugar a dudas una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España, hasta el punto de que todo en ella es monumento.
Conocida como «la villa de las tres mentiras», pues ni es «santa», ni «llana», ni tiene «mar», Santillana del Mar es la capital de un municipio de 4.000 habitantes dedicados en su mayoría a la actividad agropecuaria y, sobre todo, al turismo.
Hablar de Santillana del Mar es hacerlo también de la Cueva de Altamira. Calificada como la «capilla sixtina» del arte rupestre, esta cueva contiene probablemente las pinturas prehistóricas más famosas del mundo. El descubrimiento de la cueva de Altamira, a finales del siglo XIX, provocó una honda polémica y posterior conmoción entre la comunidad científica de la época, reacia en un principio a admitir la antigüedad real de sus pinturas (14.000 años). La cueva fue hallada por casualidad en 1.868 por Modesto Cubillas, a través de quien llegó al conocimiento de su primer gran impulsor: Marcelino Sanz de Sautuola. La parte más famosa de la cueva, conocida como la «sala de los polícromos», no fue descubierta sin embargo hasta 1.879, en el transcurso de una visita en la que Sanz de Sautuola iba acompañado por su hija María.
Durante el siglo posterior a su descubrimiento, la masiva afluencia de visitantes a la cueva comenzó a inquietar a los científicos ante un posible deterioro de las pinturas. Esto provocó en 1979 el cierre de la cueva de Altamira, primero total y después controlado en aras a preservar su valioso contenido. Debido a la fragilidad del arte rupestre de Altamira, se crea una réplica de la cueva para deleite de los visitantes en 2001. En este año se inaugura también la actual sede del museo, la cual alberga la Neocueva, una reproducción que permite la difusión del arte de Altamira a todos los públicos.
Pero aunque parte fundamental, Santillana del Mar es mucho más que la Cueva de Altamira. Ya en el siglo IX existía en la villa el Monasterio de Santa Juliana, que daría paso a la prestigiosa colegiata de Santa Juliana en el siglo XII, el primero y más importante de los exponentes del arte románico en Cantabria. En torno a la colegiata y su bello claustro, de finales del XII-principios del XIII, se desarrolló un núcleo de población que vivió épocas de gran esplendor económico, como evidencia la riqueza de las numerosas casonas y palacios que conforman esta villa.
Las torres de Merino y Don Borja (hoy sede de la Fundación Santillana) figuran entre las construcciones civiles más antiguas de una localidad empedrada que es imprescindible recorrer a pie para admirar en toda su plenitud la belleza de sus calles y edificaciones medievales. Nos encontraremos así frente a espléndidos edificios como las casas del Águila y la Parra (donde el Gobierno Regional ha instalado una sala de exposiciones), el palacio y la torre de Velarde, la casa de Leonor de la Vega, los palacios de Barreda, Tagle y Villa y un larguísimo etcétera que sería demasiado extenso enumerar.
Santillana del Mar es sede de una intensa actividad cultural, que se desarrolla durante todo el año en sus diferentes salas de exposiciones y museos.
En sus empedradas calles medievales podemos encontrar también múltiples talleres artesanos y degustar sabrosa leche con bizcochos, la merienda más popular en la villa.
La naturaleza ha sido también generosa con este municipio, que disfruta de una magnífica costa que invita a la pesca y de las tranquilas playas de Santa Justa y Ubiarco. En las inmediaciones de la capital nos encontramos además con un coqueto parque zoológico que hace las delicias de grandes y pequeños.
Santillana de Mar es en definitiva, por su historia y riqueza natural, uno de los puntos más atractivos de Cantabria y uno de sus principales focos de atención turística.
SECCIONES